Angela Montez, una empleada de Indianapolis, capital de Indiana, Estados Unidos, se vió en una situación desesperante. Un día, mientras ella estaba en su trabajo, un hombre de 23 años entró y anunció un asalto. El hombre tenía un arma que estaba cargada y quería todo el dinero del establecimiento.
Angela no sabía que hacer, entonces comenzó a clamar a Dios. Fue cuando decidió predicarle de Jesucristo al ladrón. Entonces, algo sorprendente sucedió. Ambos comenzaron a orar juntos por 40 minutos. Toda la escena fue grabada por las cámaras de seguridad.
El hombre se llama Gregory L. Smith y comentó que entro en desesperación por causa de su familia y decidió llevar a cabo el asalto. Gregory comenzó a llorar. El nunca había robado anteriormente. Y era una veterano de guerra.
Gregory y su familia estaban a punto de ser dejados sin casa.
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La empleada le ĺlegó a pedir que no llevara a cabo el asalto. Entonces, el asaltante pidió disculpas y entregó la única bala en su arma. El también tomó 20 dólaes y después se los entregó a la policía.
“Yo creo que el Señor causó ese encuentro. Miantras más hablábamos entre nosotros, más lloraba y me contaba sus problemas”, dijo Angela. “El me decía: ‘Hable conmigo. Nadie habla conmigo. No tengo a nadie’ y yo le decía ‘No hagas nada malo'” agregó la empleada.
“Yo no podía dejarlo así. Le decía: ‘Eres joven. No lo hagas. No pongas tu vida en peligro’. Entonces él comenzó a llorar” explicó.
En una entrevista para el canal NBC News, el investigador del departamento de policía de Indianópolis, Kevin Wethington, contó que quedó muy sorprendido con el caso. “Soy investigador de policía hace tres años y nunca vi un caso como este, como lo pude ver ahora. Nunca sucedió algo parecido a esto. Especialmente por el hecho de que el ladrón y la víctima estuvieran abrazados. Además de que la víctima estuviera contenta de abrazar al asaltante” dijo.
Vea el video del hecho (en inglés):
Fuente: Guiame
