Reflexión: ¿Cristiano, estas siendo Infectado por el Mundo?

La Palabra de Dios nos enseña que debemos inspeccionarnos a nosotros mismos. Aquí presentamos una breve reflexión que deberíamos hacer...

A lo largo de la historia, los cristianos han vacilado entre dos extremos: unirse a la cultura del mundo o retraerse de hacerlo (aislarse). Ningún extremo es saludable. El foco de este artículo está puesto en “los cuidados del mundo” los cuáles están tan insertados dentro de la cultura que nos vuelven improductivos para Cristo.

Las escrituras son claras, nuestro estilo de vida debería reflejar el corazón de Dios en vez de la influencia del mundo. El mundo conocerá que somos cristianos por nuestro amor entre unos y otros y por nuestra obediencia, no por cuan bien imitamos al mundo a nuestro alrededor.

Oswald Chambers una vez remarcó que un pecador, que ahora es salvo por gracia, “demuestra haber sido perdonado con una actitud opuesta a la que antes tenía”. El ya no se parece al mundo pecador, el cual solía llevar cautivo su corazón. Los cristianos carnales dan a Diós “Su deuda” (sólo unas pocas horas el domingo), pero se olvidan de Su llamado, el cual dice “Salid de en medio de ella (del mundo). Apartaos!”. ¿Acaso el mundo te está influenciando? ¿Tu corazón se aparta hacia las cosas del mundo o hacia las cosas de Dios?.

Muchos van a la iglesia esporádicamente, pero preferirían quedarse en sus casas. Estos no tienen interés ni compromiso durante la alabanza cuando concurren al culto. Prefieren tener amigos que complementen su estilo de vida mundano, en vez de tener amigos que los desafían a vivir para Dios. Las cosas del mundo los fascinan y las cosas de Dios los aburren. Hay algo que debemos tener en claro: El ocuparnos del mundo nos arrastrará lejos de nuestra relación con Dios si se lo permitimos.

Santiago 1:22 nos recuerda de que si escuchamos la palabra de Dios sin aplicarla, nos estamos engañando… somos engañados. El poder de la palabra de Dios se encuentra en su aplicación. Además de los no cristianos, hay muchos cristianos que están comenzando a ver películas violentas y con sexo explícito y están dejando de lado el aplicarse a purificar sus vidas. Existen cristianos que son adictos a la pornografía e invierten dinero para hacer crecer la industria.

Debemos hacer recordar a nuestras congregaciones de que podemos hacer de nuestros hogares un santuario que honre a Cristo, o un criadero para Satanás. Este es un mensaje duro pero cierto: No podemos amar a Dios y al mundo al mismo tiempo. La carnalidad tiene un costo. En tiempos pasados, el héroe era el padre y no los personajes de las películas. La influencia más grande era la madre, no las princesas de las novelas. Los niños alguna vez citaron las Escrituras, ahora, citan hechizos.

No nos confundamos, debemos primero examinar nuestras propias vidas e intenciones, y luego debemos ser guiados primeramente por el amor a Dios y al prójimo antes de criticar. Jesús dijo en Mateo 7:5 que primero debemos quitar la viga de nuestro ojo, y luego veremos claramente para remover la paja en el ojo del hermano. El evitar ocuparnos del mundo es una lucha que todos tenemos. Todos estamos nadando rio arriba constantemente en contra de la corriente cultural. El hecho de que haya una lucha demuestra la importancia de la victoria.

¿Estás siendo infectado por el mundo? El ser infectado es el costo final de la carnalidad! Como cualquier infección, puede destruir el cuerpo, y en este caso, el alma. Cuando somos infectados, infectamos a otros. Padres, ¿qué influencias estás permitiendo entrar a tu casa… a las mentes de tus hijos? ¿Cosas puras, nobles, y verdadaderas u oscuras, demoníacas, y falsas?

La carnalidad destruye nuestra relación con Cristo y nuestra comunión genuina con otros creyentes. También destruye nuestra vida de oración. Un cristiano carnal no ora ni busca el corazón de Dios. Una vida de oración profunda expone la verdadera fachada y la hipocresía. La carnalidad también destruye el poder espiritual y detiene la llenura del Espíritu. En resumen, todo a lo que Dios nos llama termina siendo corrompido.

Cuando Jesús dijo que somos “la luz y la sal de la Tierra”, estaba diciendo que deberíamos tener un efecto protector y purificador en la cultura… Qué deberíamos tener pureza en todas las áreas de nuestra vida. La luz disipa las tinieblas, no las alimenta. El propósito de este artículo no es molestar a nadie, sino buscar llevarnos al arrepentimiento y hacia un caminar más profundo con Dios.

Para culminar, la carnalidad no solamente afecta al feligres, sino también al púlpito. Un pastor carnal todavía ofrece sermones motivadores, pero perderá la unción, la firmeza, y el discernimiento espiritual. El mundo, los cristianos carnales, lo amarán, pero los creyentes llenos del Espíritu Santo dejarán el culto hambrientos de Dios. Pastores, si hacemos que nuestra meta personal sea conocer a Cristo personalmente, predicaremos a Cristo más poderosamente. ¿Estamos alertando a toda la gente para que escape del mundo o estamos alentandolos a quedarse en él?

Finalmente, muchos podrán pensar: “¿De qué sirve tratar? No tiene caso. Me he desviado demasiado”. Déjame asegurarte algo: Dios quiere que vengas a Él tal como estas, que reconozcas qué necesitas de Su salvación, y comprometas tu vida completamente a Él. Simplemente arrepiéntete de éste estilo de vida destructivo, y comienza a tomar decisiones que promuevan la santidad y la pureza. El cambio lo hará Dios, nosotros solo debemos obedecer.

Fuente: Crosswalk

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