El fervor de los seguidores de Apple se ha asociado, de forma reiterada, con el comportamiento exhibido por acólitos de un culto religioso. En una entrevista otorgada a la publicación Atlas Obscura, la académica Erica Robles-Anderson analizó, con base en su experiencia como historiadora especializada en temas culturales, otra arista de los elementos que configuran la marca de la manzana: sus tiendas. Para Robles-Anderson, la concepción arquitectónica de los centros de venta y experiencia remite a símbolos propios de un culto.

“En la apertura de una tienda de Samsung en Soho, un barrio de Nueva York, la marca preparó el lanzamiento con personas ataviadas con sus mejores ropas, con cuerdas extendidas a la espera de una populosa fila. Y después, solo se escuchó el sonido de los grillos. El evento se concibió como si fueras a acceder a un lugar especial, pero no funcionó. Es un tratamiento opuesto al de Apple en sus puntos de venta, donde se refuerza el sentido de pertenencia de los clientes”, apuntó la experta.

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En otras palabras, mientras Samsung buscó asociarse con el concepto de exclusividad, Apple apela a ser inclusivo, de acuerdo con la experta.

Robles-Anderson señaló el enorme tamaño de las puertas de la tienda como un sinsentido, desde el punto de vista funcional, pero apuntó que se diseñaron para incrementar la importancia del lugar. “Son como las de una catedral”, añadió.

En frente de la puerta, se encuentra una escalera de vidrio opaco que se describe una espiral y llega hasta el segundo piso. Según Robles-Anderson, es una estrategia usada en los zigurats para “crear un espacio que enfatiza en tu insignificancia cuando ingresas. La escalera se ve en una relativa lejanía y lleva a sentir que entras a un sitio sagrado”, acotó.

“El diseño, en su totalidad, está pensado para hacer sentir pequeño a quien lo visita, como si estuviese ingresando a otro mundo. Permite que cada individuo sea observado y que pueda observar a otros”, apuntó.

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“Los empleados que atienden lo hacen de manera que se pueda sentir personal”, señaló y sugirió que los Genios de Apple se comportan como sacerdotes. “Además, se paran sobre una plataforma que recuerda a Steve Jobs sobre el escenario”.

No es la primera vez que se relaciona a Apple con elementos religiosos. En 2011, un grupo de neurocientíficos descubrió que las imágenes de la manzana despertaban una misma reacción cerebral, en los seguidores de la firma, que la que despiertan los símbolos religiosos en los creyentes.

En aquella ocasión, los científicos sometieron a Alex Brooks, por entonces editor de la publicación World of Apple, a un estudio con ayuda de escáneres de actividad cerebral (MRI). Establecieron que su reacción a las imágenes de Apple no distaba de la manifestada por fervientes seguidores religiosos cuando son expuestos a símbolos propios de su religión.

El año pasado, Bono, líder de la agrupación U2 y activista político, también criticó a Apple por manejar una estrategia de mercado con tintes religiosos. “Son un culto”, afirmó en junio de 2014.

La antropóloga Kristen Bell, en 2012, asistió a un evento de Apple, en el que se lanzó el iPad Mini, y afirmó, de forma categórica que “estaba repleto de símbolos sagrados, incluyendo el logo de la compañía”.

“El ‘reverendo’ Cook y sus acólitos invitan a la audiencia a renovar su fe durante el discurso”, afirmó en aquella ocasión.

Charlie Osborne, antropólogo consultado por ZDNet, resalta que uno de los principios de una religión o culto es la “explotación sexual, económica, o de otra índole, de sus integrantes por parte de un líder o líderes”.

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