Conversión de valor

Vea la historia de una ex seguidora del budismo. “Su voz se destaca entre los ‘glorias y aleluyas’ a nuestro Dios”

Hannah era una seguidora del budismo, la religión que prevalece en Myanmar, con cerca del 80% de los adeptos de toda la población. Antes de convertirse al cristianismo, ella era una mujer como las otras de su comunidad, con sus aros de oro y sus mejillas pintadas de beige, un maquillaje típico de las birmanas, hecha con polvo de un árbol llamado tanaka.

Al amanecer, ella era la primera en estar en la cocina para preparar las comidas de los monjes, después bañaba la estatua de Buda, ofrecía alimentos en los templos, meditaba y memorizaba las oraciones budistas. Esa era su rutina.

Hoy, sin embargo, ella es una mujer transformada, incluso su apariencia. Las personas dicen que ella irradia el amor de Cristo. “Cuando ella se sienta en el piso con los hermanos, para cantar, su voz se destaca entre los ‘glorias y aleluyas’ a nuestro Dios, mientras el líder de la iglesia toca la guitarra. Ella levanta las manos hacia el cielo y contagia a todos con su fe”, comenta uno de los analistas de Open Doors.

“Nada fue fácil para mi cuando decidí aceptar a Jesús como salvador, yo fui agredida por mi propia madre, durante varios años y, fui a la iglesia herida, pero siempre volvía a casa con el espíritu restaurado y con una felicidad tan grande que fui capaz de soportar todo el sufrimiento. Yo jamás renunciaría a mi Jesús. Continuaré firme, hasta el fin y voy a continuar orando para que mi familia se convierta también”, concluyó Hannah.

Fuente: Open Doors Chile

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