Silvio Silva y Rose Silva, de nacionalidad brasileña, lideran el ministerio “La niña de los ojos de Dios”, una ONG cuyo esfuerzo es rescatar a niñas víctimas de la trata en Nepal.

Desde que fué fundada en el año 2000 por el Dr. José Rodrigues (Presidente de la Misión Cristiana Mundial), la ONG ha rescatado a más de 300 niños y adolescentes.

En la actualidad, la pareja brasileña, alberga a más de 150 personas, entre ellos, jóvenes y niños que son víctimas de la prostitución, la explotación infantil, y que viven en situación de riesgo.

772e5e44-7f49-4d5a-8be9-1ae64f8fdf04_640x360Gleiva Tamang, ahora de 24 años, fue una de las niñas que han recibido ayuda por parte de la ONG. A los 11 años se fue de casa tras ser expulsada por su padrastro, que la acusó de ser solo un gasto. Vivió en la calle durante dos años hasta que encontró refugio en la institución.

Gleiva es uno de los cientos de personas que han cambiado su futuro a partir del trabajo de las ONG cristianas. La organización trabaja con la estructura de una escuela, con clases de Inglés, música e incluso un consultorio dental.

Según Silvio, muchas niñas llegan allí traumatizadas después de haber sido explotadas sexualmente. “Algunas chicas creen que están sucias después de la prostitución, y que ya no pueden rehacer sus vidas. Así que cuando llegan a la institución las recibimos como si fueran princesas para ayudar su autoestima “, dijo.

La institución también recibe chicos de los cuales la mayoría es víctima de trabajo infantil, mano de obra esclava o maltrato.

540x350_projeto-meninasRose puso en marcha un segundo proyecto para jóvenes que llegan en edad adulta. El programa se llama “libre para volar”, y es una guía para los jóvenes que ya son capaces de mantenerse solos.

“Ofrecemos el hospedaje, el apoyo y la ayuda para entrar en el mercado laboral. Nuestro fin es que puedan valerse por sí mismos “, dijo Rose.

La pareja había planeado quedarse sólo dos años en Nepal, pero se involucró más y más en el proyecto y ya son 15 los años de trabajo en un país donde, según la UNICEF (UNICEF), hay por lo menos 12.000 mujeres y niños víctimas de la trata de personas.

“Vine aquí con el sueño de poner fin a la trata de niños, pero hoy en día veo que es algo muy lejano. No tenemos la capacidad de cambiar mucho las cosas, ya que el tráfico aquí es muy grande. Pero, aunque sea un poco, estoy feliz de saber que hemos podido cambiar la vida de varios jóvenes “, concluyó Silvio.

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