Francisco dio un discurso durante el domingo de Ramos acerca de la batalla entre Dios y el “príncipe de este mundo”, afirmando que quienes siguen a Jesús fueron llamados a pelear contra la tentación y el mal con silencio y humildad, y afirmó que un cristiano no puede ser “superestrellas”. Esto incluye a grandes figuras cristianas que son cantantes, actores y famosos en general.
El papa dijo que, de la misma forma en que Jesús fue recibido con alegría en Jerusalén, también el diablo tuvo una “carta bajo la manga: la carta del triunfalismo”.
“Sin embargo, el Señor respondió aferrándose a su propio camino, el camino de la humildad”, aseguró Bergoglio, antes de asegurarle a millares de oyentes reunidos en Plaza San Pedro que también ellos habían sido llamados a hacer exactamente lo mismo.
El Papa Francisco dijo mientras daba su homilía del Domingo de Ramos, que el triunfalismo vive de gestos y palabras “que no están forjadas en el crisol de la cruz”. Así, crecen las miradas de reojo a los demás y el juzgar a los demás. Estas cosas, dijo el pontífice, son “fracasos inferiores, deseados”.
“Una forma sutil de triunfalismo es la mundanalidad espiritual, que representa el mayor peligro, la tentación más traicionera que amenaza a la Iglesia”, aseguró el papa, citando a un antiguo teólogo francés, el sacerdote Henri de Lubac: “Jesús destruyó el triunfalismo con su pasión”.
Continuó el papa diciendo que Jesús sabe que el verdadero triunfo implica “hacer espacio para Dios”, y que la única forma de conseguir dicho triunfo es mantenerce en silencio, orar, y aceptar ser humillados.
“No hay negociación con la cruz: uno la abraza o lo rechaza”, aseguró Bergoglio. “Por su auto-humillación, Jesús nos abrió el camino de la fe y nos precedió en ese camino”.
“Esto nos ayudará a vivir en la tensión sagrada entre la memoria de las promesas hechas, el sufrimiento presente en la cruz y la esperanza de la resurrección”, concluyó Francisco.
Fuente: Noticia Cristiana
