La doctora Sarah Kliachko, es la bioquímica responsable por el libro de Ciencias utilizado para la enseñanza fundamental en las escuelas de Israel. Según ella, la inclusión de la oración como parte del ciclo agrícola fue un pedido del Ministerio de Educación.
Como era esperado, ella está siendo criticada por “mezclar ciencia con contenido religioso”, sin embargo el material, escrito por ella en 2011, refleja sólo una condición milenial del pueblo que aprendió a plantar y a cosechar con abundancia en el desierto.
“Science Journey Alef”, el libro en cuestión, está dirigido a niños de 6 y 7 años, que cursan el primer año de la escuela. Una ilustración muestra que, antes de sembrar, el sembrador realiza una oración de rodillas. Después, se dedica al trabajo agrícola, teniendo por fin el resultado en la cosecha.
En el capítulo, “Lo que hizo el sembrador en otoño”, el libro relata que los sembradores oran a Dios, pidiendo por lluvia, algo poco común en Israel. Obviamente en pleno Siglo 21, con Israel siendo pionero de las más avanzadas técnicas agrícolas del mundo, la idea podría parecer anacronica.
“En otoño, el sembrador ara el campo, planta las semillas y al final de Sukkot [periodo de la cosecha], agradece por el “rocío y la lluvia que bendicen la faz de la Tierra”. Esa es una parte de una antigua oración judía, registrada hace centena de años.
La doctora Kliachko, en una entrevista con el diario israelí Haaretz, admitió que el gobierno pidió que los autores incluyan en los libros escolares “citas de las Escrituras, de la Biblia judía”. Cuando el periodista hizo críticas a la autora por usar “elementos no científicos” en un libro de ciencias, la respuesta fue tajante: “Hay personas que lo hacen y otras que no”.
De igual manera que la enseñanza de la Torá también es ofrecida en las escuelas públicas, “la idea es que los alumnos se familiaricen con las costumbres religiosas del país”, explica.
Gran parte del éxito de Israel es la educación. El país, que resurgió en el 1948, después de siglos siendo dominado por otras naciones, ya posee 12 premios Nobel. Es el único país de Medio Oriente entre los mejores del mundo, según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico.
Fuente: Gospel Prime
