3 Verdades Bíblicas que te afirmarán en Tiempos de Temor y Pruebas

Cuando estamos afligidos o temerosos por las cosas que suceden a nuestro alrededor, no hay nada mejor para un Cristiano que refugiarse en las verdades firmes que dejó Jesucristo...

Todos los días están llenos de diferente acontecimientos preocupantes en todo el mundo. Muchos nos enfrentamos al temor, al miedo del terrorismo que puede verse en América, tememos por nuestros hijos en vista de la violencia qué hay en las calles, muchos tenemos relaciones conflictivas, etc.

Y como no sabemos qué hacer con todos estos temores, terminamos desesperandonos.

Resulta ser muy difícil vivir con un nudo en la garganta o en el estómago todo el tiempo.

Es normal que esto nos suceda, sobre todo a los que somos padres. Sabemos también que aún no estamos viviendo en el cielo, donde no existe preocupación alguna.

Jesús no quiere que vivamos asustados mientras estamos aquí en la Tierra esperando la promesa de la vida eterna.
Él nos ha prometido paz, gozo, amor y el cumplimiento de su palabra, sin embargo, muchos de nosotros seguimos sintiendo temor por las circunstancias y preferimos guiarnos por nosotros mismos en vez de comportarnos como verdaderos hijos de Dios.

Aquí compartiremos varios puntos que esperamos los alienten a levantar sus ojos hacia Jesús con el fin de hallar la tranquilidad y la paz qué sus corazones anhelan.

1. Dios tiene Todo bajo control.

Nunca, ni siquiera por un segundo, Dios ha dejado de tener autoridad sobre todo lo que sucede en el mundo. Tampoco nunca dejará de tenerla. Juan 16:33 dice claramente: “confiad, yo he vencido al mundo.” Efesios 1 habla de su jerarquía sobre todas las personas y cosas. Nada ni nadie es más alto que nuestro Dios. Esto nunca cambiará porque “Jesús es el mismo ayer hoy y por siempre” (Hebreos 13:8)
Cuando nos asustemos, esta verdad de que Dios tiene Todo bajo control nos proveerá de tranquilidad y paz en lo profundo de nuestro corazón. Si creemos que Dios está en control, verdaderamente no tenemos nada que temer. Dios tiene la autoridad para controlar todo. Él siempre la ha tenido desde el principio y seguirá teniendola por siempre.

2. Dios te ama.

No permitamos que ésta verdad sea olvidada, ya que ella significa todo para nosotros. Dios nos ama de la forma más pura, más apasionado, y desde lo profundo de su corazón. Significa que los planes de Dios para ti y para mí no harán sino bien en nuestras vidas. (“Yo conozco los pensamientos que tengo para vosotros”, dijo el Señor. “Pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.” Jeremías 29:11) Esto significa que Él hará todo lo necesario para que lo que nos prometió se cumpla en nuestras vidas. Significa que sin importar lo que suceda o cuánto nos alejemos de Él, nos buscará y nos encontrará. (“Aun cuando tus desterrados estuvieren en las partes más lejanas que hay debajo del cielo, de allí te recogerá Jehová tu Dios, y de allá te tomará;” Deut. 30:4) Él ya ha demostrado la profundidad de su amor hacia nosotros cuando envió a su Hijo a morir por nosotros.(“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” Juan 3:16)

Esta verdad es una a la cual aferrarse fuertemente .El recordar que Jesús nos ama trae Paz a nuestros ansiosos corazones y nos damos cuenta de cuán bueno es Dios el cual nos mantendrá cerca, sin importar lo que suceda alrededor nuestro.

3. El cielo es el premio.

En nuestra vida diaria, es fácil olvidar que estamos viviendo en un espacio temporal. La tierra no es nuestro hogar. Estamos viviendo en un espacio rentado, con trabajos temporales, e incluso con vidas y cuerpos temporales. Cuando nuestro foco está en la Tierra solemos atemorizarnos fácilmente. Pero cuando recordamos que la mejor vida, el premio verdadero aún no lo hemos visto y nos espera en el cielo, vivimos con una perspectiva más pacífica. Jesucristo desea que anhelemos el cielo, ya que es el hogar que Él ha preparado para nosotros. Mientras los problemas nos rodean en el mundo, debemos tener en cuenta lo que dice la carta a los Filipenses 3:14 y orar que suceda lo que dice allí: “prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.”

Amigos, las cosas no son perfectas aquí en la tierra y no se supone que lo sean. Aún no hemos obtenido y alcanzado la vida que nos fue prometida. Siempre recordemos que el premio es el cielo.

Que nunca nos acostumbremos a vivir con temor, si no, que cambiemos este temor por una vida de libertad la cual nos pertenece a través de Jesucristo. Jesús murió para que podamos tener vida abundante, y no para que vivamos en temor.

Él tiene el control. Él nos ama. El cielo es nuestro galardón.

Fuente: Crosswalk

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