Conociendo la Eternidad que Dios puso en nuestros Corazones

Esa idea de eternidad sigue dentro nuestro y de una forma muy sutil, casi siempre, se convierte en el motor de nuestras vidas...

El comienzo de esta historia es en una tienda hecha con cuerdas rusticas que atan sus costados al suelo abriendo un circulo, pieles de animales y algunas telas que forman un espacio libre para un par de tiendas similares, donde se realiza una hoguera para cocinar, reunirse, comer y platicar. No es mala la temporada. Donde están acampando hay mucho pasto para que los animales pueda comer por un tiempo y algunos pozos de agua para beber.

Al cambiar el tiempo, se levantarán las tiendas e irán a otros lugares mejores y así pasar la estación. Por ahora, a su alrededor y donde la vista les alcanza, es una tierra árida, con parches de pastos muy pequeños, ciertas colinas en la lejanía y algunos arboles dan cobijo.

Las mujeres preparan la lana para hilar y regresan los hombres de pastorear el ganado, alrededor del fuego están los viejos sentados por un buen rato hablando de cosas que pasaron. Unos cuantos niños se acercan para escuchar lo que dicen. Lo que hablan solo existe en sus memorias y no esta registrado en ningún lugar, cosas que les contaban sus padres acerca de sus orígenes, y lo que existió antes, en la bruma del tiempo.

Les hablan del Dios de sus antepasados y que todavía se mantiene fiel. Todo el conocimiento esta en la viva voz mas no en otro lugar escrito, ni en pergamino y mucho menos en piedra.

Los niños por primera vez piensan lo que fue antes de que ellos nacieran. Ellos llegaron cuando todo estaba en marcha en el mundo. Hay un antes y eso lo saben, como también que existe un después: de la misma forma conocen el interminable baile del sol y de los días.

En ese tiempo la gente se percato que había una eternidad en sus corazones: en cierto modo un anhelo de eternidad. Por otro lado, la conciencia les mostraba que formaban parte de algo mucho mas grande que ellos mismos. Pese a que sus días eran, desde el nacimiento hasta la muerte, observando, trabajando la misma tierra árida, viviendo con dificultad y esfuerzo, poseen una profunda intuición de que hay algo mas, y que tiene que conservarlo a como de lugar. No son animales lo que cuidan.

A sus ovejas no les interesa que pasara después de la muerte ¿Porque a ellos si?

Hace poco hablaba con un amigo acerca del significado de uno de los versículos mas enigmáticos de la biblia para mi: Eclesiastés 3.11. “Dios ha puesto eternidad en el corazón de ellos”. Tratamos de buscar el fondo del mismo, ya que su lenguaje es sencillo. Pero, las palabras esconden una profundidad hermosa.

Hay que resaltar que al escribir este versículo, el pueblo de Israel ya había pasado su etapa nómada, tenían reinos, palacios, guardias imperiales, cosas de lujo y poder, realizaban herramientas bastante sofisticadas y adaptaban escrituras de los pueblos que había a su alrededor para dejar marcados los hechos de su historia, con todo el autor de este texto se pregunta lo mismo que se preguntaban sus antepasados.

De tanto analizarlo, llegamos a varias conclusiones interesantes.

El verbo que se utiliza para “poner” (natán) también quiere decir “dar”. Así proviene el nombre de Natanaél o regalo de Dios. La idea que esta detrás de este verbo es que el que da algo tiene que abastecerse de sus recursos. Uno da algo que ya tiene. Este verbo se utilizaba para dar a las hijas en matrimonio o presentar regalos ante los reyes cuando se iba en embajada de paz. Ya que estabas dando algo muy valioso. Dios mismo nos dice que coloco eternidad en nuestro corazones, ya que es un atribuyo suyo que le pertenece y que lo compartió con nosotros. Fuimos creados con esa parte de Él en nosotros. De todos los detalles de la imagen de Dios en nosotros lo mas inquietante es la presencia de esa conciencia de eternidad.

Sin embargo, la palabra que significa “eternidad” (olam) es mas interesante para mi. Es una palabra grandiosa en la Biblia. En su camino por medio de los siglos, actualmente en el hebreo moderno, se entiende como “mundo”.

Pero en la biblia posee un significado distinto que abarca otro tipo de significado. Ya que aparece mas de 400 veces, y esto es algo muy significativo: la biblia en si, le habla al hombre de esa trascendencia. Y dependiendo de la época y el libro, significa “mucho tiempo” o “tiempo futuro”, ademas es una palabra que se utiliza para hablar del tiempo de la prehistoria, como en Génesis 6:4 (búsquenlo si pueden). Originalmente hablando no tiene sentido de “eternidad” porque cuando se utilizaba los hebreos no entendían ese concepto todavía. Olam significa todo lo que hay desde los tiempo en donde no hay registros, y solo nos queda en la memoria que nos ha llegado de generación en generación en nuestra mente. De esta forma creo que coincide con nuestro concepto de “eternidad” y esta bien traducido. Es interesante que para los hebreos aun no exista este concepto:

estaba en proceso de formación de acuerdo a como avanzaba la revelación de Dios. La Septuaginta, versión griega del Antiguo Testamento circuló por los territorios mediterráneos por siglos, y eran utilizados por los judíos en la diáspora, que significa olam por “siglos” o “tiempos”.

Sigo investigando ya que no es fácil seguir la pista de algo así, sin embargo en este contexto tiene sentido que “ por los siglos de los siglos” (es una expresión un poco difícil de entender) y que se repite en los evangelios y en el Nuevo Testamento, y que tiene ver que con este olam.

En este mundo hay muchas cosas que no tienen sentido. En realidad son tantas. La acumulación del pecado en la humanidad por medio de los tiempos nos ha llevado a unos puntos de desorden terribles. Hay muy pocos de los primero nómadas que charlaban de su historia a viva voz. Actualmente, abrimos Wikipedia cuando necesitamos saber algo. Pero, la idea de la eternidad sigue aun en nosotros y de manera sutil, siempre se convierte en ese motor que impulsa nuestras vidas. Inclusive de las personas que viven apartadas de Dios.

La necesidad de trascender, algo que perdure mas allá de nuestras propias vidas, sigue presente, como si fuera una llamada de atención constante. En algún momento a todos nos ha pasado por la cabeza este versículo de Eclesiastés. Ya que son esa clase de textos bíblicos que no son un mandato o una orden a seguir, y menos para hacernos obedecer algo, mas bien son un pequeño regalo de Dios que nos explica a nosotros mismos y al mundo, que cuando llegamos, ya llevaba mucho tiempo en marcha.

Fuente: Protestante Digital

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