Hallazgos Arqueológicos comprueban el relato Bíblico de Éxodo

Entre los estudiosos no hay consenso acerca de por qué no hay pruebas inequívocas de registros arqueológicos que muestren cómo fue el período en que los judíos fueron esclavos en Egipto.

Entre los estudiosos no hay consenso acerca de por qué no hay pruebas inequívocas de registros arqueológicos que muestren cómo fue el período en que los judíos fueron esclavos en Egipto. Más aún, por qué no hay relatos sobre la salida de ellos y de las plagas que sucedieron en el Éxodo.

En general, se argumenta que esos pueblos antiguos no acostumbraban registrar sus derrotas, solo sus victorias. Sin embargo, el doctor John H. Taylor, restaurador del Departamento de Egipto del Museo Británico de Londres, afirma que existen varias evidencias de que el relato bíblico es históricamente consistente.

En el museo. por ejemplo, hay cerca de 20 ladrillos de barro grabados con un sello real que dice “Casa de Ramsés II”. Con tres milenios de edad, aún se encuentran conservados en cofres subterráneos del museo y no son exhibidos en público. Sometidos a una prueba de datación de carbono, ellos pertenecen al período de esclavitud judía en Egipto.

Taylor hace recordar que los israelitas no construyeron las pirámides, como normalmente se piensa. Las pirámides fueron construidas cerca de 100 años después de la salida de los israelitas de Egipto. Pero hay indicios de que ellos construyeron ciudades, con esos mismos ladrillos de barro mezclados con paja. Eso condice con los relatos de los primeros capítulos de éxodo.

En el Museo hay Incluso un mural mostrando Cómo era la vida de los esclavos en Egipto, que aunque no usen la palabra judíos, muestra que el proceso de manufactura de los ladrillos coincide con el período en que los israelitas vivieron allí.

El restaurador presentó otra pieza curiosa. Se trata de una barra de hierro de 4 metros de largo, en forma de cobra, encontrada en una tumba en una pirámide. La punta del bastón tiene forma de la cabeza de una naja, una serpiente común en el país. Posiblemente eran así los bastones de los encantadores egipcios, mencionados en Éxodo 7:11-12.

Otra pieza en exhibición en el museo es un espejo de bronce, que eran usados por las mujeres egipcias para embellecerse. Su existencia es mencionada en Éxodo 38:8, cuando las judías entregaron todos sus espejos para que fuesen hechos piezas para el tabernáculo en el desierto.

Fuente: Gospel Prime

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