Mujer Cristiana es secuestrada y le Predica a su Captor: “Dios te ama”

Una mujer cristiana fue tomada como rehén esta semana, mientras estaba de compras en el sudeste de Dallas. Pero, en vez de acobardarse por cusa del miedo, valientemente mostró su fe y le predicó de Cristo a su captor.

Una mujer cristiana fue tomada como rehén esta semana, mientras estaba de compras en el sudeste de Dallas. Pero, en vez de acobardarse por cusa del miedo, valientemente mostró su fe y le predicó de Cristo a su captor.

Luego de asistir al culto en la tarde del domingo 30 de octubre, Carrie Coy decidió comprar una tarjeta de cumpleaños en la tienda Walgreens. Ella se encontraba en la fila para pagar su compra, cuando un joven ingresó corriendo a la tienda, la tomó del brazo y comenzó a arrastrarla hacia atrás.

El joven, identificado como José Torres, tuvo cautiva a la mujer cristiana por una hora. El portaba un arma de fuego. En todo tiempo, Coy permanecio tranquila, se volteó y comenzó a orar. Luego de eso, ella comenzó a hablar con el delincuente.

“Cuando él me empujó y caímos al suelo, me dijo: ‘Hice algunas cosas malas, pero nunca he lastimado a nadie'”, recordó Coy.

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“Dijo: ‘Nunca maltraté a nadie’. Entonces, le respondí: ‘Si no vas a maltratar a nadie, podrías sacar el arma de mi rostro?'”, le preguntó.

Para mantener la paz y la tranquilidad en aquel momento en que ella estaba siendo mantenida como rehén, Coy dijo que constantemente recordaba que el miedo no es de Dios. “Yo no tenía miedo, pero decía para mi misma: ‘Dios no nos dió espíritu de temor, Dios no nos dió un espíritu de miedo'”, resaltó.

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Jose Torres, el secuestrador de Coy

Durante aquel momento de tensión, la mujer cristiana también consiguió tener el coraje de predicarle de Cristo a José Torres. “Le dije: ‘Tu sabes, Dios todavía te ama, yo no se lo que hayas hecho, pero empeorarás las cosas si continúas así. Recuerda que Dios todavía te ama'”, le dijo.

El delincuente estaba agitado, pero terminó calmandose y se entregó a la policía. Coy consiguió salir ilesa de la tienda y volver con su marido de 46 años que estaba esperándola fuera de la tienda. El cree que el poder de la oración la ayudó a superar la prueba. “Todo el tiempo, sentí paz, Dios estaba en control y Él cuidó de mi y de todos los demás”, concluyó.

Fuente: Guiame

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