La “Casa de María y Marta”, es un proyecto de evangelización fundado por la misionera Edmeia Williams, en la favela Santa Marta de Brasil, el cual les ofrece a los niños de las zonas más peligrosas del país apoyo físico, espiritual y material, trasmitiéndoles un mensaje de esperanza que viene de Dios.
En los comienzos de este proyecto, la tarea no fue sencilla. La favela Santa Marta, hace 26 años atrás, era considerada una de las zonas más violentas y con mayor presencia de creyentes y practicantes de la brujería y hechicería. Sin embargo, pese a los obstáculos, el poder de Dios se manifestó rompiendo todos los esquemas, y hoy en día, la misionera y su equipo se esfuerzan por seguir llevando esperanza a cientos de pequeños.
Esta iniciativa surgió luego de que la misionera Edmeia analizara la situación de los niños mayores de 5 años, a quienes les tocaba quedarse solos en sus casas mientras sus padres regresaban de trabajar, ya que a partir de esas edad no eran aceptados en guarderías.
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También para alejarlos del camino de las drogas, Dios la dotó de la vocación necesaria para instruirlos por el camino del bien.
Esta maravillosa labor ha sido custodiada y respaldada, durante todos estos años, por la mano poderosa de Dios, por medio del apoyo financiero de varias iglesias y ministerios cristianos del país.
Gracias a Dios, sobrenaturalmente, su alacena siempre ha estado llena, y sólo insta a todos los cristianos del mundo a orar, para que este proyecto siempre se mantenga en pie, y pueda seguir salvando las vidas de los más pequeños de la casa.
La “Casa de María y Marta”, es un ejemplo de superación y amor por los seres humanos, el Señor nos enseña en S. Mateo 22:39: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.”, palabras muy sabias y certeras que nos llevan, no sólo a cumplir con nuestros propósitos y objetivos, sino también a ayudar a quienes nos rodean, como lo hizo Jesús por nosotros.
Edmeia insta a todos los cristianos del mundo a orar por todos los niños y para que la misión pueda llegar a más vidas por medio de Cristo.
Fuente: Impacto Evangelístico
