BRASIL.- La 9ª Marcha Nacional por la Vida y contra el Aborto reunió a cerca de 3.000 personas en la ciudad de Brasilia, Brasil, según sus organizadores. Los participantes caminaron por la principal avenida de la capital hasta al frente del Congreso Nacional.
El tema de este año fue “¡Quiero vivir! ¿Me ayudas?”. Los manifestantes por medio de pancartas y carteles pedían la aprobación de leyes que garanticen los derechos de los fetos. También protestaban contra un proyecto en trámite en la Cámara que puede dejar “la puerta abierta al aborto”.
La presidenta del Movimiento Brasil sin Aborto, Lenise García, dijo que esto sería un logro importante. Ella explica que hay mucho debate en el Senado sobre la ley que prevé aborto por el sistema de salud hasta 12 semanas de embarazo, simplemente por la voluntad de la mujer.
Actualmente, abortar es legal en Brasil solo en tres supuestos: violación, embarazo de riesgo para la mujer o malformaciones cerebrales del feto.
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En la marcha estuvieron presentes destacados líderes evangélicos y católicos.
“La lucha contra la interrupción del embarazo es algo muy importante para los congresistas del Frente Parlamentario Evangélico”, dijo su presidente, Joao Campos, que participo del evento con otros diputados cristianos.
A la llegada de los manifestantes frente al Congreso, fue reproducida una marcha fúnebre después del himno nacional. Los participantes liberaron globos blancos como simbolizmo de los niños que no nacerán tras permitirse el aborto.
Entre los participantes, habían personas de varios estados de Brasil y del extranjero como Peter Mackenzie, director de cine estadounidense, que está en el país para el lanzamiento de una película que discute el valor de la vida humana.
La directora del Centro de Reestructuración para la Vida (CERVI), Rose Santiago, dijo al portal Gospel Prime que Brasil necesita más actos similares a este, pues es una lucha muy grande.
“Creo que todos los estados deberían tener esta marcha. Nosotros los cristianos tenemos que defender la vida donde estamos”. CERVI es una institución evangélica que ha ayudado a más de seis mil mujeres y salvado más de cuatro mil bebés del aborto.
El Ministerio de Salud de Brasil estima que en Brasil se producen cerca de 1.000.000 de abortos al año. Oficialmente, solamente 1,6 mil son realizados de forma legal.
Fuente: Mundo Cristiano
